La Policía de Brasil detuvo a dos personas sospechas de haber participado en el robo de 718,9 kilos de oro cometido en la terminal de cargas del aeropuerto internacional de Guarulhos, el mayor del país, informaron este domingo fuentes oficiales.
Se trata de dos trabajadores del propio aeropuerto, situado en la región metropolitana de Sao Paulo, confirmaron a Efe fuentes policiales del caso, de enorme repercusión tanto fuera como dentro de Brasil.
El robo de la carga, valorada en algo más de 30 millones de dólares, fue cometido el jueves de esta semana por un grupo de bandidos fuertemente armados y disfrazados como agentes de la Policía Federal de Brasil.
Uno de los arrestados fue identificado como Peterson Patricio, de 33 años, supervisor de logística en el aeropuerto y quien en una primera declaración a las autoridades aseguró que él y su familia fueron hechos rehenes.
Patricio se presentó al principio como víctima al asegurar que fue secuestrado junto a su familia un día de antes del atraco y que los asaltantes le obligaron a pasar informaciones privilegiadas para facilitar el acceso de estos al interior de la terminal.
Sin embargo, una vez preso, confesó su participación en la acción y afirmó que su familia no sabía nada al respecto.
En las imágenes de las cámaras de seguridad del aeropuerto se pudo apreciar como Patricio señaló a los miembros de la banda el lugar exacto donde estaba el oro e incluso se ve cómo toma algunas piezas que estaban sueltas en un contenedor, pero se creía que todo esto lo hacía coaccionado y bajo amenaza.
La Policía ya había informado previamente que mantiene abierta la posibilidad de que alguien dentro del aeropuerto hubiera participado en el robo del oro, cuyo peso primero se cifró en los 750 kilos y después se rebajó hasta los 718,9.
El segundo sospechoso detenido, también de nombre Peterson, es al parecer un ayudante del primero en el aeropuerto de Guarulhos, que es uno de los más importantes de Latinoamérica.
La Policía estima que en todo el operativo necesario para ejecutar el atraco, considerado como uno de los mayores en la historia de Brasil, participaron al menos diez personas.
Hasta el momento no se ha recuperado ni un gramo del oro robado.